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"Pataletas" contra todos: el desgobierno de Petro muestra su frágil política diplomática y se cae en todas las latitudes

El gobierno de Gustavo Petro sumó un nuevo estallido en sus canales bilaterales, luego de que se tomara la decisión de romper las relaciones con Argentina y expulsar del país a su embajador.

El gobierno del presidente de la República sumó un nuevo estallido en sus canales bilaterales, luego de que se tomara la decisión de romper las relaciones con Argentina y expulsar del país a su embajador.

La decisión del Gobierno colombiana de romper las relaciones diplomáticas con su similar de Argentina, debido a los señalamientos del presidente Javier Milei contra su homólogo Gustavo Petro, se convirtieron en un capítulo más de lo que podría considerarse el fracaso de la política de relaciones exteriores del Ejecutivo, que sigue resquebrajándose en apenas 20 meses de mandato; pese a que ha recuperado presencia en el fronterizo país de Venezuela, luego de años de ruptura.

Petro no ha logrado consolidar los vínculos diplomáticos con algunos de sus vecinos, en una sucesión de decisiones adversas y enfrentamientos controversiales que le han restado posición. Una crisis que empieza, entre otras, por un asunto de índole interno: la suspensión del canciller Álvaro Leyva Durán, por no resolver de manera efectiva la polémica licitación para la expedición de pasaportes, que lo apartó del cargo, desde el 24 de enero, por parte de la Procuraduría.

No solo es con Argentina

Aunque antes de ese suceso, que solo sería una pequeña muestra del descalabro de las dinámicas propias de la diplomacia, el primer mandatario afrontaba una serie de acontecimientos de los cuales aún no hay salida. Que genera especial atención con la cercanía, por ejemplo, con el régimen de Nicolás Maduro y su tardío pronunciamiento sobre las presuntas violaciones en materia democrática y de derechos humanos que se han registrado contra la oposición.

Uno de ellos: la destitución de su cuerpo diplomático en México, pese a las buenas relaciones con el mandatario Andrés Manuel López Obrador, con otra decisión de tipo judicial: la del Consejo de Estado, que “tumbó” a su embajador, Moisés Ninco, y dos de sus cónsules, Andrés Hernández, en Ciudad de México, y María Soledad Garzón –hermana de Jaime Garzón–, de Cancún. Los tres, debido a que por encima de ellos había personas con la experiencia para ocupar los cargos.

En Perú, por su parte, su disputa con la presidenta Dina Boluarte, que asumió el poder ante la destitución de su amigo, Pedro Castillo, tiene al país Inca sin embajador en Colombia. Desde marzo de 2023 que Lima retiró a su representante, Félix Denegri Boza, debido a lo que serían “las reiteradas expresiones injerencistas y ofensivas” de Petro, que según Boluarte “insiste en distorsionar la realidad”, tras el presunto Golpe de Estado del 7 de diciembre de 2022 en su país.

Pese a que desde entonces ha permanecido personal diplomático en el país y los vicecancilleres de ambos países, Ignacio Higueras y Francisco Coy, el canal diplomático pasa por una crisis ante el desconocimiento del Gobierno colombiano acerca de la legitimidad de la mandataria peruana. Cabe destacar que Petro no nombró embajador en este país, por lo que la coyuntura la ha asumido el funcionario de carrera Eufracio Morales, como encargado de negocios.

Por su parte, en Chile, hasta hace una semana, el responsable de esta dependencia –al menos en la información registrada en la Cancillería- era René Correa Rodríguez, otro funcionario del servicio diplomático; no obstante, el estratega digital de la campaña Petro Presidente, el controvertido Sebastián Guanúmen, que venía desempeñándose como cónsul en Santiago, pero cuya hoja de vida ya reposa en la plataforma de Departamento Administrativo de la Presidencia (Dapre) para ser nombrado como titular en propiedad del cargo.

Ahora, los calificativos de Milei, que llamó en entrevista con CNN en Español a Petro como “asesino terrorista”, provocaron un nuevo frente de disputa con un país de la región, pues fue el episodio que le dio pie al ministerio de Relaciones Exteriores para romper relaciones con el representante de un país cuyo gobernante es ajeno a su proyecto político. Y con que venía con un fuerte cruce de acusaciones, en las que de parte del mandatario colombiano se comparó a Milei, incluso, con dictadores como Adolf Hitler, y en respuesta le recordaron el pasado subversivo.

Las peleas de Colombia con Israel y el mundo

En medio de este complejo panorama con el mundo, Petro también se ha enfrascado en duras peleas con otras naciones, siendo la más representativa, quizá, Israel: al anunciar que estaría dispuesto -no en una, sino en al menos tres ocasiones– a romper relaciones con ese país, si no suspende la ofensiva militar contra el pueblo palestino en la Franja de Gaza. Incluso, desde octubre de 2023, cuando estalló en conflicto por el ataque terrorista del grupo Hamas, ha tenido un “tira y afloje” con el diplomático de ese estado en Colombia, Gali Dagan.

A esto se suman los cruces en redes sociales con presidentes como Nayib Bukele, de El Salvador, que tras los señalamientos en su contra le ha dado a Petro por “donde más le duele”: en las acusaciones contra su hijo, Nicolás, que ha sido acusado por parte de la Fiscalía General de la Nación de lavado de activos y enriquecimiento ilícito. Asimismo, en sus apariciones internacionales, como en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y otros escenarios, la ha emprendido contra las potencias occidentales, como Estados Unidos y Francia.

En Alemania tampoco hay embajador, pues el encargado es Jorge Hernán Jaramillo, como responsable del consulado de Berlín. Lo mismo en Australia, con Javier Ricardo Parada; en China, por Andrés Salas López, y en Brasil, con Diana Marcela Prado; en los casos más llamativos. Mientras que, en países como Francia, Reino Unido y Bélgica, por citar algunos casos, ha nombrado a personajes cercanos a su mandato, como Álvaro Prada, Roy Barreras y Jorge Rojas.

Mientras esto sucede, es válido recordar que en febrero de 2024 se confirmó la apertura de nueve embajadas, la reactivación de la representación ante la FAO, a cargo de Armando Benedetti, exrepresentante del Gobierno colombiano ante Venezuela, y el nombramiento de al menos 116 nuevos funcionarios diplomáticos; en una millonaria inversión que superaría, al año, los 55.000 millones de pesos colombianos. Todo esto para un ministerio que está de manera encargada en el embajador de Colombia ante los Estados Unidos, Luis Gilberto Murillo.

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