Por Carlos Villota Santacruz (*)
La finanzas públicas y el equilibrio fiscal no es un tema para economistas. Su manejo, afecta el bolsillo de los ciudadanos colombianos.
El anuncio que el país, va a crecer 1.5 por ciento en el año 2024, es no solo preocupante, sino mediocre. Sumado a la tensión política que genera la ausencia de gestión gerencial del presidente Gustavo Petro, invita a los empresarios e inversionistas a quedarse quietos.
Lo que es cierto, es que el populismo, la agresión y el odio en redes sociales y en la calle, de traduce en una desconfianza e impacto negativo en la economía. Colombia, antes de la llegada a la Casa de Nariño, tenía un crecimiento de 4.5 por ciento.
En el país, se aumenta la pobreza, la carencia de trabajo con calidad, una desconexión del Estado con los departamentos y municipios. Lo que es peor es que el gasto público es insostenible.
En ciudades como Bogotá, Cali, Cartagena y Bucaramanga, los ciudadanos y los economistas afirman "a menos de 4 meses de terminar el año 2024, es mejor ser rico que pobre".
Colombia está hoy en un "bache" de bajo crecimiento. Ya no hay consumo. Existe una desaceleración del turismo interno y externo: caso de San Andrés y Providencia, Leticia o Armenia.
La economía con bajo nivel de inversión, lleva al país a un abismo igual o superior a vecinos como Venezuela o Perú. En los hogares colombianos hay recalentamiento financiero. No pueden aumentar el agua que se le hecha a la olla.
Como consultor político me he dado la tarea de recorrer a las ciudades de Bogotá, Medellín e Ibagué con el propósito de escuchar a los ciudadanos. La gran pregunta de los compatriotas es: ¿por qué Colombia no crece?
Lo dicen los pequeños empresarios, los grandes empresarios, los académicos, los potenciales inversionistas extranjeros (quietos en primera base), las tasas de interés no bajan. El desempleo no aumenta. Las empresas están recortando la planta de personal.
El pronóstico, en el año 2025, es que la crisis económica en Colombia se va agudizar en medio de un escenario preelectoral. El mercado laboral se va deteriorar. Todo gracias un crecimiento económico mediocre del país.
Finalmente, los invito desde esta columna a analizar la inflación de los países vecinos de Ecuador y Perú. De entrada, se puede decir que la inflación está controlada.
No, es el caso Colombia. Lo que viene es que la tasa de cambio -peso por dólar - de va a disparar. Una mayor precio de la tasa de cambio, aumenta el precio de los artículos importados.
Dicho de otra manera, las quejas del presidente Gustavo Petro y de los colombianos se va incrementar en los próximos 16 meses.
Un análisis que se confirma en el hecho que los colombianos, han devuelto un millón de tarjetas de crédito, en los últimos 9 meses.
Los peores momentos del país, se asoman en la ventana de las casas en los 32 departamentos del país como un "tsunami".
Usted amigo lector qué piensa hacer, cuando llega esa ola: abordará un avión, un barco, un carro o un flotador.
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