Así se desprende de una investigación realizada por las autoridades conocida por NOVA, que dejó como resultado la captura de 18 personas. 14 de ellas, con antecedentes judiciales.

El vandalismo y la violación a las medidas de bioseguridad –en medio de la pandemia- fue la característica de las marchas, donde participaron miles de migrantes venezolanos, que actúan en red y bajo una coordinación milimétrica por vía celular.

La intención y el objetivo de los manifestantes –en particular los extranjeros- es no solo generar caos, sino atentar y destruir lugares emblemáticos en la capital del Valle del Cauca o la capital del departamento de Nariño. “La idea es entender esta alta tensión en las calles por 3 días, aprovechando la celebración del Día del Trabajo (1 de mayo).

NOVA estableció que en el caso de la participación de ciudadanos venezolanos en las manifestaciones en la región sur y andina en Colombia, es financiada –pago por días y semanas- por parte las llamadas Brigadas Clandestinas, que reciben apoyo del régimen de Nicolás Maduro. “Se paga por destruir centros comerciales, semáforos o fachadas de edificios públicos”.

Este escenario, se traslada fuera del Día nacional del paro a localidades de Bosa, Teusaquillo y Usaquén en Bogotá, al igual que en una decena de barrios en Pasto, Ibagué y Medellín.

Para un sector del sector empresarial de este grupo de ciudades, la “venezolanización del país tiene un efecto directo y colateral, en la aparición de hechos de violencia en las calles, que tiene su punto máximo en las marchas y protestas. “Es crear un escenario de caos, para alterar la institucionalidad y atentar contra la fuerza pública”, indicaron académicos de la Universidad del Rosario.

Además, de este panorama preocupante de orden público, se suma un acelerado crecimiento de la pobreza en Colombia. Según el DANE 21.2 de la población, está en pobreza hoy, al tiempo que 7.2 alcanzó la pobreza extrema.

Esta situación, es aprovechada por los grupos que hacen parte de la estrategia de polarizar al país, generando caos y destrucción, en medio de una pandemia que está cobrando la vida de más de 500 personas diarias.

Como si fuera poco –afectación en seguridad y económica- se agrega la de movilidad de los ciudadanos, que en el caso de Bogotá tienen que regresar a casa en las horas de la tarde y de la noche, hacia las localidades de Kennedy, Bosa y los municipios cercanos como Soacha –caminando- por la destrucción por parte de los vándalos de 35 estaciones de Transmilenio.

En la ciudad de Cali, algunos almacenes de cadena sufrieron numerosos saqueos por parte de los manifestantes, al tiempo que los médicos y enfermeras tratan de llegar a los hospitales para atender a los pacientes Covid-19.

Este 29 de abril, se escucharon disparos en varios sitios de la capital del Valle del Cauca. “Hemos dispuesto el aumento del pie de fuerza para recuperar el control de la ciudad”, dijo a NOVA el ministro de Defensa Diego Molano.

“Han sido dos noches de incertidumbre. Las autoridades llaman a los caleños a permanecer en sus casos, tras el acelerado crecimiento de la pandemia, que elevó la ocupación de las camas UCI por encima del 80 por ciento”, dijo Lorena Marín a NOVA.

Al cierre de esta edición, se informó por parte del sistema de salud de la capital colombiana, que el ex candidato al Concejo de Bogotá, Alan Villarraga dio positivo para coronavirus. Su padre y familiares, buscan un hospital para que sea atendido, en medio del tercer pico de la pandemia.