Le pusieron los puntos a la IA: Exigen leyes antes de que el caos digital se descontrole


Mientras la Inteligencia Artificial avanza sin freno, en la Escuela Superior de Guerra del Ejército de Colombia se prendieron todas las alarmas. Durante el Congreso Internacional de Derechos Humanos e Inteligencia Artificial, representantes de Colombia y México —con la Comisión de Derechos Humanos de Latinoamérica a la cabeza— exigieron definiciones urgentes: La IA puede ser una herramienta o una amenaza, y dejarla suelta podría ser un “error histórico”.
En el encuentro, realizado en Bogotá con más de 400 participantes, Carolina Carrillo, vocera del capítulo colombiano de la Comisión, fue tajante: “La Inteligencia Artificial es poderosa, pero sin regulación puede convertirse en un problema serio para los derechos humanos. La clave es educar y legislar antes de que sea tarde”.
Miguel Delgadillo Pérez, presidente de la Comisión Latinoamericana, sumó preocupación: “Los pueblos originarios, los adultos mayores, los sectores más vulnerables... ¿quién los está preparando para esta revolución?”. Y no se quedó ahí: Calificó el fenómeno como un “tsunami de la IA” que avanza sin frenos ni barandas.
Uno de los momentos más potentes del evento lo protagonizó Guillermo Rojas, que recordó con datos en mano cómo la población envejece mientras la tasa de natalidad se derrumba. “¿Vamos a dejar tirados a los que construyeron nuestros países porque ahora todo es automático y digital?”, lanzó.
Desde el panel también hubo advertencias políticas. El internacionalista Carlos Villota Santacruz planteó una pregunta que incomodó a más de uno: “¿Qué tipo de país queremos construir con la Inteligencia Artificial? Porque ya está decidiendo en justicia, salud, finanzas, turismo y política. El peligro está si ese poder queda en manos de la ilegalidad”.
Y para que no queden dudas, el ex presidente de la Corte Constitucional, Alberto Rojas, remató con un mensaje que sonó más a advertencia que a consejo: “La IA no puede quedar librada a su suerte. Necesitamos un marco legal urgente o vamos directo a un desastre institucional”.
Mientras tanto, el país “cafetero” vive entre la polarización política y el uso creciente de la IA en todos los sectores. Lo único que no se ve, todavía, es una ley que ponga orden antes de que los algoritmos escriban solos la historia.