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En Venezuela

El Gobierno avanza en las negociaciones con las guerrillas terroristas

Este lunes se iniciaron en Caracas los diálogos entre representantes del presidente Gustavo Petro y del ELN.

El Ejército Nacional de Liberación (ELN) comenzó sus operaciones guerrilleras en 1965 en la selva colombiana. Al año siguiente cayó en combate el sacerdote católico Camilo Torres Restrepo y en todo el mundo se supo que esa guerrilla, con muchos de sus hombres formados militarmente en Cuba, contaba en sus filas a religiosos y no solo a marxistas.

Pasados 57 años, varios fueron los intentos de diálogo. El más reciente propiciado por un dirigente de orientación liberal y familia aristocrática, el presidente Juan Manuel Santos, quien en 2016 armó un sistema de garantías que mejoraba intentos anteriores que caían en saco roto, entre otras cosas porque cuando los guerrilleros, principalmente de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) dejaban las armas, los grupos paramilitares o las mismas fuerzas de seguridad los buscaban para matarlos al margen de cualquier proceso legal.

El avance de Santos con las FARC fue sostenido pese a que hay sectores disidentes que todavía permanecen en la clandestinidad. El ELN había entrado en las conversaciones pero en enero de 2019, el entonces presidente Iván Duque no pudo o no buscó frenar las retaliaciones de los paramilitares y el ELN contestó con un atentado en la escuela de Policía de Santander que cobró la vida de 23 personas.

Gustavo Petro fue miembro de una organización que tomó las armas, aunque con menos historia y menos atentados que las FARC y el ELN. Petro integró el M19, y tras dejar ese grupo jamás negó su historia de apoyo a la lucha directa. Quizá eso sea un punto que ayude al diálogo. Más importante es el informe que presentó la Comisión de la Verdad de Colombia al día siguiente que Petro ganó la segunda vuelta electoral en junio de este 2022.

El jesuita Francisco De Roux, presidente de ese organismo, jugó un papel decisivo en la recolección de información y el diálogo interno en Colombia. Las cifras de asesinatos y desaparecidos en el último medio siglo son abrumadoras. Hubo una extensa guerra interna que provocó 260.000 muertos, siete millones de desplazados y decenas de miles de personas desaparecidas.

Con estos antecedentes se inician este lunes en Caracas los diálogos entre representantes de Petro y con la presencia del segundo jefe del ELN. El compromiso del gobierno de Nicolás Maduro tiene especial importancia porque ese grupo guerrillero tiene bases en la frontera venezolana, una zona boscosa muy adecuada para la logística guerrillera. También es importante la representación de Cuba, porque el ELN comenzó su accionar con el apoyo de Fidel Castro. Noruega también es garante de este intento, con una tradición de diálogos como pocos países europeos.

Esta es la sexta vez que el ELN se sienta a negociar. El objetivo de Petro es la “paz total”. La ronda de conversaciones está pautada para 20 días. Los líderes del ELN llegaron a Caracas procedentes de Cuba, luego de que Petro suspendiera las órdenes de captura emitidas contra ellos.

Chile y España se pusieron a la orden para contribuir a la consecución de un acuerdo, aunque aún no tienen un lugar definido.

Los gobiernos de César Gaviria, entre 1991 y 1992, de Ernesto Samper en 1998 y de Andrés Pastrana en 1999, iniciaron procesos de diálogo, con pocos resultados. Entre 2005 y 2007, Álvaro Uribe inició lo propio y las víctimas civiles de las fuerzas armadas de Colombia eran tantas que tanto el ELN como las FARC se retiraron. Recién con Juan Manuel Santos, en 2016 se hizo un intento serio, con mecanismos de garantías, pese a que la violencia seguía.

A la tradición de guerras civiles, en los últimos 40 años se sumó el proceso del narcotráfico, de grupos mafiosos que se entrelazaron con los paramilitares y también con grupos guerrilleros. Desarmar esa madeja no es fácil en el país que, por lejos, tiene las mayores plantaciones de coca del planeta y que en la actualidad los narcotraficantes están vinculados a los poderosos carteles mexicanos.

El ELN tiene entre 2.500 y 5.000 integrantes y opera en 23 de los 32 departamentos del país. Los disidentes de las FARC tuvieron incluso enfrentamientos armados con grupos del ELN por el control de algunas zonas.

Este lunes en Caracas estarán sentados, por el lado del gobierno, Otty Patiño, antiguo compañero de Petro en el M-19; María José Pizarro, hija de Carlos Pizarro, el comandante que acordó la desmovilización del M-19 y fue asesinado en 1990 mientras hacía campaña por la presidencia; Iván Cepeda, que formó parte de las negociaciones con las FARC durante el gobierno de Santos; el líder campesino Alberto Castilla; y una figura enemiga políticamente de Petro pero que preside la Federación de Ganaderos de Colombia, José Félix Lafaurie.

El ELN tendrá presente a su segundo comandante, Israel Ramírez Pineda, al excomandante Nicolás Rodríguez Bautista, quienes ya estuvieron en las conversaciones con Santos, y también a Víctor Cubides, un hombre clave por el respeto intelectual que se ganó en la organización.

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