Judicial
A sangre fría

Asesinato de guardia en La Modelo expone la crisis carcelaria

Cuatro sicarios en dos motocicletas irrumpieron durante el cambio de turno y mataron a un guardia.

Un agente del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC) fue asesinado y tres compañeros resultaron heridos en un ataque sicarial frente a la cárcel La Modelo, en Puente Aranda.

El hecho ocurrió cuando cuatro hombres en dos motocicletas irrumpieron durante el cambio de turno, disparando indiscriminadamente contra los uniformados que custodiaban una de las prisiones más hacinadas del país –con 8 mil reclusos en capacidad para 6 mil–, dejando un saldo de terror que expone el colapso de la "paz total" prometida.

La víctima fatal fue identificada como Miguel Llano Muñoz, mientras que los heridos –Jefferson Vázquez Páez, Carlos Martínez Navarrete y otro no identificado– recibieron impactos en espalda y pecho; uno grave, pero estables tras ser evacuados a clínicas de la capital.

El coronel Daniel Gutiérrez, director del INPEC, confirmó que "el uniforme es un blanco para los delincuentes", en un país donde 200 amenazas contra funcionarios se acumulan en 2025, sumando 217 desde 2020 –el 83 por ciento al cuerpo de custodia.

No hay alertas específicas para La Modelo, pero sí un "plan pistola" del Clan del Golfo y bandas como Los Magos o La Inmaculada, según el sindicato SEUP.

Este horror no es aislado: recuerda el asesinato del coronel Élmer Fernández, exdirector de La Modelo, en mayo de 2024, baleado en Barrios Unidos por sicarios que aún andan libres.

Petro, que juró desmantelar el narcotráfico, ha visto 17.000 operativos en prisiones que solo avivan venganzas: traslados de condenados de estaciones policiales a La Modelo desarraigaron estructuras criminales, generando malestar que ahora salpica a guardianes inocentes.
elpais.com

Mientras el Ministro de Defensa, Iván Velásquez, promete "investigación exhaustiva" y un "plan candado", la Policía y Fiscalía articulan con tibieza, y el hacinamiento –heredado pero agravado– convierte penales en polvorines.

El INPEC, con solo 12 mil guardianes para 140 prisiones, clama por más recursos, pero el gobierno gasta en subsidios fallidos mientras la violencia carcelaria se desborda.

¿Hasta cuándo esta impunidad? La muerte de Miguel no es un hecho; es el epitafio de un régimen que entrega Colombia al caos.

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