VIDEO | Volvió la dictadura: Petro le abre las puertas a los paramilitares bajo el disfraz de “gestores de paz”

El presidente Gustavo Petro volvió a encender la polémica al justificar la designación de 16 exjefes paramilitares como “gestores de paz”. Desde su cuenta de X, defendió la medida asegurando que este título no implica su salida de prisión, aunque de inmediato trazó comparaciones con gobiernos anteriores, en especial con el de Álvaro Uribe Vélez.
Petro insistió en que no seguirá el camino de la extradición, acusando a sus antecesores de haber frenado procesos judiciales y de haberse beneficiado con tierras que en su momento fueron despojadas por las Autodefensas Unidas de Colombia.
La 16 gestores de las AUC ya eran gestores antes y ninguno por esto saldrá de la cárcel. el objeto de esta mesa de Paz, es terminar el proceso que Uribe dejó inconcluso; nunca los puso presos sino que los extraditó y no les dejó decir la verdad, al contrario, se apropiaron de la… https://t.co/MzqRdJcwG6
— Gustavo Petro (@petrogustavo) September 23, 2025
“Los 16 gestores de las AUC ya eran gestores antes y ninguno por esto saldrá de la cárcel. El objeto de esta mesa de paz es terminar el proceso que Uribe dejó inconcluso; nunca los puso presos, sino que los extraditó y no les dejó decir la verdad. Al contrario, se apropiaron de las tierras que ellos se habían apropiado, algunos amigos suyos Paloma y de Uribe y de Duque”, lanzó Petro en un mensaje cargado de acusaciones.
La declaración del mandatario provocó rechazo inmediato. Con sus palabras, no solo equiparó a los criminales responsables de la violencia más sangrienta del país con supuestos actores de paz, sino que además utilizó el tema para atacar a opositores como la senadora y precandidata presidencial Paloma Valencia, a quien vinculó con una red de favores y apropiaciones ilegales.
Valencia respondió señalando la incoherencia de la política oficial: “A quienes pensamos distinto nos trata de fascistas, mientras eleva a ‘gestores de paz’ a algunos de los tipos más violentos en la historia del país”.
El episodio confirma un patrón: en lugar de atender a las víctimas del paramilitarismo y garantizar justicia real, el Gobierno opta por otorgar roles de relevancia a los victimarios, dejando a la sociedad frente al desconcierto de ver a quienes sembraron terror ahora presentados como actores de reconciliación.