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Petro, en el centro de las críticas por los gastos en el Stand de Osaka: 48 mil millones de pesos despilfarrados

El presidente Gustavo Petro.

El pabellón de Colombia en la Expo Osaka 2025 se ha convertido en el centro de una fuerte controversia política y social. El Gobierno de Gustavo Petro destinó 48 mil millones de pesos —unos 11,2 millones de dólares— para financiar la participación del país en la feria internacional, inversión que ha sido duramente cuestionada por sectores de la oposición y por la opinión pública.

La iniciativa, liderada por el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo y Procolombia, busca proyectar la imagen del país en Japón con un espacio de 875 metros cuadrados, que incluye salas de negocios, recorridos inmersivos inspirados en el realismo mágico de Cien años de soledad, exhibiciones de biodiversidad y muestras culturales.

Críticas de la oposición

La senadora María Fernanda Cabal denunció que el gasto constituye un derroche en un contexto en el que, según dijo, “se niegan recursos para medicamentos, subsidios de vivienda y educación”.

El presidente Gustavo Petro desestimó estas críticas y calificó la acusación de “ignorancia inmarcesible”. Por su parte, la canciller Laura Sarabia defendió la inversión al afirmar que la participación en la Expo “reafirma el compromiso de Colombia con la cooperación global y fortalece la amistad con Japón”.

Detalles del gasto

La Unidad de Datos de El Tiempo reveló cómo se distribuyeron los recursos:

15.444 millones de pesos en el montaje del pabellón, incluyendo 44 millones en diseños y 15.400 millones en construcción y mantenimiento, contratados directamente en Japón.

12.445 millones de pesos para el contenido y producción de la experiencia expositiva.

9.253 millones de pesos para la operación del pabellón durante los seis meses del evento.

367 millones de pesos para una empresa japonesa de relaciones públicas encargada de la difusión.

837 millones de pesos para contratación de personal administrativo y de coordinación.

251 millones de pesos para la agenda cultural y de negocios.

Pese a estas cifras, el convenio suscrito deja claro que el valor total de la inversión solo se conocerá al final del evento, ya que existe la posibilidad de que se sumen nuevos aportes de entidades públicas y privadas.

Promesas y riesgos

Según el Gobierno, el gasto se justifica porque permitirá atraer más de 12.700 millones de dólares en inversión extranjera directa en sectores no mineros, y aumentar las exportaciones de bienes y servicios. Sin embargo, críticos advierten que se trata de metas poco realistas y que, en la práctica, el pabellón podría terminar siendo un lujo diplomático con un altísimo costo para el erario.

La falta de transparencia en la adjudicación de contratos por parte de Procolombia, que opera bajo un régimen de contratación especial similar al privado, también ha levantado dudas sobre la gestión de los recursos.

El debate sigue abierto: mientras el Gobierno insiste en que la Expo es una “apuesta país” estratégica, la oposición y distintos sectores sociales cuestionan si un pabellón multimillonario en Japón es prioritario en un país con crecientes necesidades en salud, educación y programas sociales.

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