Tensión diplomática por desafortunadas declaraciones de Petro sobre la soberanía peruana en la isla de Santa Rosa

El presidente Gustavo Petro volvió a encender un conflicto diplomático innecesario al desconocer públicamente la soberanía de Perú y las autoridades de ese país en la isla de Santa Rosa, ubicada en el río Amazonas y reconocida históricamente como territorio peruano.
Desde la ciudad fronteriza de Leticia, el mandatario acusó a Lima de incumplir el tratado de 1922 que fijó los límites entre ambas naciones, ignorando que la administración peruana en la zona se mantiene desde hace décadas.
*Petro le reclama a Perú por la soberanía de una casa-lote por allá en la selva*
— Jack Baltimore (@JackDeLaConcha) August 8, 2025
Vicky Dávila: pic.twitter.com/cXyWcXiofg
"Colombia no reconoce la soberanía del Perú sobre la denominada isla de Santa Rosa y desconoce a las autoridades de facto impuestas en la zona", declaró Petro, quien además puso en duda la presencia de autoridades y símbolos peruanos en el lugar, insinuando incluso la llegada de militares rusos a la zona.
El mandatario sostuvo que la asignación de la isla y de otras formaciones fluviales debe debatirse en una comisión binacional y, si fuera necesario, ante tribunales internacionales, postura que contradice la realidad administrativa y jurídica vigente.
Mientras Petro trasladaba a Leticia los actos conmemorativos del 206 aniversario de la Batalla de Boyacá para lanzar sus reclamos, el presidente del Consejo de Ministros de Perú, Eduardo Arana, encabezaba en la isla una jornada de acción social junto a su gabinete, reforzando la presencia del Estado peruano en la localidad.
El pronunciamiento del líder colombiano surge después de que el Congreso de Perú aprobara la creación del municipio de Santa Rosa de Loreto, antes parte de Yavarí, en el departamento de Loreto.
Desde su origen en la década de 1970, esta comunidad ha sido administrada por Perú y cuenta con infraestructura y servicios estatales consolidados: destacamentos policiales y navales, oficinas de migraciones y aduanas, y hasta una avenida principal llamada “Mi Perú”.
Para el Gobierno peruano, la soberanía sobre Santa Rosa no admite discusión. Según Lima, el territorio forma parte de la isla Chinería, adjudicada a Perú en el tratado de 1929, y los cambios naturales en el cauce del Amazonas no modifican el acuerdo.
Con sus declaraciones, Petro no solo desafía un consenso histórico, sino que también abre un frente diplomático con un país vecino que ha ejercido su autoridad en la zona sin interrupciones durante más de medio siglo.