Presidente terco: Petro insiste con su reforma laboral y acusa al Senado de defender un modelo de esclavitud moderna

En un extenso mensaje publicado en su cuenta oficial de X, el presidente Gustavo Petro se refirió al debate que se desarrolla en el Senado colombiano en torno a la reforma laboral y a la posibilidad de convocar una consulta popular para impulsar cambios estructurales.
El mandatario hizo un llamado a construir un nuevo pacto social que priorice el bienestar de los trabajadores y ponga fin a los modelos de explotación heredados del siglo XIX.
Lo dicho aquí en el trino de abajo, es casi toda la verdad, solo que se dijo algo que había dicho antes de la decisión de la plenaria de senado al suspender sus sesiones hasta el miercoles. Eso me hizo decir, que dado que significa prácticamente que ni consulta ni reforma laboral… https://t.co/8F056bq6mt
— Gustavo Petro (@petrogustavo) June 10, 2025
Para Petro, el crecimiento de la productividad y el conocimiento son claves para generar riqueza en el país, por lo que insistió en la necesidad de superar las desigualdades históricas mediante una transformación profunda del sistema laboral. “El conocimiento es productividad y la productividad es riqueza. ¿Queremos ser ricos?… pues produzcamos”, afirmó.
El presidente advirtió que el debate en el Senado pone en evidencia los intereses opuestos entre empleadores y trabajadores, y lo calificó como un momento clave en la historia contemporánea del país. En ese sentido, recordó las lecciones del siglo XX, marcado por guerras, revoluciones y la caída de regímenes autoritarios, que impulsaron modelos como el pacto socialdemócrata y el New Deal en los Estados Unidos, basados en una distribución más justa de la riqueza generada por el aumento de la productividad.
“El patrón entendió, después de todas las guerras del mundo, que si el trabajador ganaba más, él también ganaba más. Hubo paz”, señaló Petro, quien cuestionó por qué Colombia no ha sido capaz de replicar esa lógica. A su juicio, el país sigue atrapado en un sistema arcaico, donde la riqueza empresarial se sostiene sobre la prolongación de las jornadas laborales y la sobreexplotación.
El mandatario contrastó ese modelo con las oportunidades que ofrece el siglo XXI, donde la riqueza se genera a través del conocimiento, las energías limpias y la inteligencia artificial. En ese contexto, defendió una vida digna para los trabajadores como condición necesaria para el desarrollo económico.
“¿Por qué en Colombia no hay un pacto social así? ¿Por qué dejamos que la tierra fértil no produzca alimentos? ¿Por qué nos mantenemos en un atrasado siglo XIX, donde el patrón ganaba por extenderle la jornada al trabajador?”, se preguntó.
También vinculó la desigualdad con el uso ineficiente de los recursos naturales, y criticó el abandono de las tierras fértiles que podrían destinarse a la producción de alimentos. En su mensaje, recordó hechos históricos como la masacre de las bananeras y denunció que la presencia del paramilitarismo impidió la implementación efectiva de la Constitución de 1991.
“Nos volvimos el tercer país más desigual del mundo, y uno de los más violentos, en medio de la belleza esplendorosa de nuestra naturaleza y de la vida”, expresó el jefe de Estado.
En cuanto a la consulta popular, Petro planteó una serie de propuestas concretas orientadas a mejorar las condiciones laborales: terminar la jornada a las seis de la tarde, garantizar el descanso en fines de semana y feriados, y pagar un salario adicional a quienes deban trabajar esos días. También pidió terminar con las formas de contratación precarias, a las que calificó como “mentiras de esclavistas”.
“No pido sino que el día termine a las seis de la tarde, que las familias puedan reunirse sábados y domingos y festivos y descansar, o que se les pague más si trabajan en esos días”, remarcó.
Finalmente, instó al Congreso a tomar partido por los sectores trabajadores: “Que no sea el senado romano de esclavistas, sino el senado de la república de la gente que trabaja”.
El pronunciamiento del presidente se da en un contexto político decisivo, donde la reforma laboral impulsada por el gobierno genera tensiones y resistencias, pero también expectativas de transformación en amplios sectores de la sociedad.