El domingo el suboficial principal Adalberto Candia y el suboficial primero Edigio Ramón Chávez fueron ejecutados en Pacola. Este viernes, el suboficial mayor Agustín Romero (40), el suboficial primero Crispín Rojas Pereira (34) y el suboficial primero Roque Salinas Salinas (28) murieron acribillados en Jaguarete Forest. El Ministerio del Interior se apresuró en atribuir la autoría de los crímenes al Ejército del Pueblo Paraguayo, sin embargo, todo apunta a que se trataría de una ofensiva del narcotráfico contra el gobierno de Horacio Cartes.
El cuestionado titular de la cartera de Interior, Francisco de Vargas, ofreció confusas y contradictorias explicaciones sobre los hechos. Señaló que por la cantidad de balas (entre 100 y 120) y la “cobardía” del ataque, todo conduce a pensar que fue obra del EPP. Agregó que “buscar los lugares más vulnerables y efectivos que favorezcan la huida es la modalidad de la guerra de guerrilla”.
Segundos después negaba que el EPP fuese un grupo armado, insistiendo que se trata de “criminales”.
Sin ofrecer evidencias, el funcionario dijo que “al menos una columna del EPP se estaría desplazando” hacía esta zona de San Pedro donde comentó se ha llevado a cabo “la mayor erradicación de cultivos de marihuana”.
¿Acaso este trabajo de la división antinarcóticos no puedo haber enfurecido a los traficantes que operan en la zona? De Vargas tampoco evaluó que los asesinatos se produjeron en una zona “liberada” controlada por marihuaneros, traficantes de armas y de cocaína.
Tampoco mencionó que uno de los “capos” que opera en el lugar es Carlos “Chicharõ” Sánchez, narcopolítico colorado a quién la justicia acaba denegarle un pedido de libertad ambulatoria.
En otro momento de su conferencia, el ministro se puso más político y habló de una intención de “debilitar la gobernabilidad democrática del país” y afirmó que estos ataques son una respuesta “a la acción del gobierno en la zona de influencia tanto en lo civil como en lo militar”.
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