Nacido en Alcalá de Henares en 1547, Cervantes se convirtió en un ícono de la literatura española y mundial. Su vida estuvo marcada por la aventura y la adversidad, destacándose su valiente participación en la batalla de Lepanto, el 7 de octubre de 1571, en la que una grave herida le arrebató el uso de su mano izquierda. Desde ese día, Cervantes se convirtió en el "Manco de Lepanto".

A pesar de los desafíos, incluyendo un cautiverio de cinco años en Argel tras ser capturado por piratas berberiscos, Cervantes nunca dejó de escribir. Su experiencia en la batalla y el cautiverio enriquecieron su visión del mundo, lo que se refleja en la profundidad psicológica y la riqueza de sus personajes.

"El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha" es una obra que desborda ingenio y crítica social. Publicada en dos partes, en 1605 y 1615, narra las aventuras de un hidalgo que, enloquecido por la lectura de libros de caballerías, decide convertirse en caballero andante. Acompañado por su fiel escudero, Sancho Panza, Don Quijote enfrenta molinos de viento creyéndolos gigantes y se topa con una realidad que desafía su idealismo.

La novela no solo es una parodia de las historias de caballerías, sino también un espejo de la sociedad de la época y un análisis de la condición humana. Cervantes juega con la narrativa, creando una historia dentro de otra y personajes que son conscientes de ser parte de una ficción.

"Don Quijote" nunca perdió vigencia. El libro fue traducido a más idiomas que cualquier otro, excepto la Biblia, y continúa inspirando a artistas, escritores y pensadores. A través de su obra, Cervantes nos deleitó con una imaginación no conoció límites y con una aventura esperando en cada página.