El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, busca cambiar su imagen y “pulirla” luego de que las encuestas revelaran que tuvo una gran caída en su popularidad, tras 100 días de gobierno. Rápidamente la figura del mandamás carioca se vio desgastada por escándalos y disputas internas.
En este sentido, los asesores políticos del mandatario creen que es tiempo de hacer algunas modificaciones a su perfil: “Los sondeos apuntan un desencuentro con la opinión pública, que esperaba tener ya a esta altura a un presidente con una agenda constructiva, que se abocara a resolver los problemas del país, y en cambio, se ve un gobierno sin rumbo, un presidente que continúa actuando como un candidato en campaña, generando controversias innecesarias. Los brasileños quieren que Bolsonaro se comporte acorde al cargo que ocupa", sostuvo Rubens Figueiredo, politólogo de la Universidad de San Pablo.
Desgastado, @jairbolsonaro busca pulir su imagen para verse más "presidencial" https://t.co/sj36rP1S3N pic.twitter.com/UAHPJiAO8c
— LA NACION (@LANACION) 22 de abril de 2019
Apenas el 32 por ciento de la población del país vecino cree que la gestión de su Presidente es buena. El 30 por ciento entiende todo lo contrario, que es absolutamente mala o muy mala. El 33 restante, la catalogó como regular.
En esta línea, Bolsonaro "enfrenta una tarea difícil porque es una persona intempestiva que ha hecho toda su carrera política en base a polémicas; le costará convencerlo de cambiar su comportamiento", agregó Figueiredo.
Por último, su imagen en el exterior es aún peor de lo que él imaginaba: lo ven como un "dictador, racista y homofóbico". Esto formará parte también de la agenda de sus asesores porque le juega muy en contra a la hora del comercio y los pactos internacionales.
