Opinión
Una historia sorprendente

En San Juan de Pasto, la fe "vive" a través del Señor del Río

En las afueras de la noble ciudad de Pasto, existía ya en el año 1700, un barrio pintoresco conocido con el nombre de San Francisco.

Por María Carolina Vela Coral, especial para NOVA

Para que no se pierda la tradición y la devoción al Señor Del Río he decidido contarla; así como los juglares lo narraban de generación en generación.

Estando en la misa en San Felipe Neri, se sienta una amiga a mi lado y me empieza a decir; que es muy bonito el altar mayor y yo le respondí: que sí, que es hermoso, que es un retablo muy bien logrado en pan de oro; pero que lo más sorprendente es que se encuentra en el centro el Señor del Río, que fue una pintura sobre la tapia en tierra apisonada.

En las afueras de la noble ciudad de Pasto, existía ya en el año 1700, un barrio pintoresco conocido con el nombre de San Francisco. Por la mitad de dicho barrio cruzaba el río San Francisco, de cristalinas aguas; la locación es lo que hoy es la iglesia de San Felipe Neri.

Dice la historia, que el padre Rodríguez del Padrón, vivía en una casita a las orillas de este río; en el corredor que daba hacia el río San Francisco en una pared vieja, sujeta a la intemperie y al agua, la gente encontró a Jesús Del Río y los fieles empezaron a venerarla y adorarla en el corredor de la casa, casi destruida del padre Rodríguez del Padrón; que cuando se marchó de Pasto la dejo para la beneficencia.

El padre Francisco de la Villota y Barrera, cuenta que la primera ermita fue construida por el padre Manuel Fernández de Córdoba; aquella capillita empezó a llamarse la Ermita de Jesús Del Río, estaba adosada a la pared de la casa del padre Rodríguez del Padrón.

Aquella capillita tenía 3 varas de longitud y 4 de latitud, estaba levantada sobre 2 arcos de cal y ladrillo, sobre el río y dotada de todo lo necesario para el culto; también de un hermoso órgano donado por el padre Manuel Fernández de Córdoba.

Más tarde, cuando la devoción a Jesús Del Río iba incrementándose se resolvió dar más capacidad a la ermita. Manuel Madroñero hijo de una distinguida familia, fue uno de los más entusiastas en edificar la obra, con la ayuda de los devotos consiguió aumentarla al doble y construyo una cámara para el Señor Del Río y aquí se realiza el 1 primer traslado de la santa imagen.

El primer capellán de la Ermita de Jesús Del Río fue el padre Francisco de la Villota y Barrera que se había ordenado en Lima, con el título de Capellán de la Ermita de Jesús Del Río; cuando regreso a Pasto en 1815 tomó posesión de su cargo e inmediatamente se puso a trabajar.

La ermita a la que hace alusión el padre de la Villota y Barrera es diferente, según se ha podido averiguar era una especie de capilla dentro de la misma iglesia – algo así como un crucero – en la que más tarde se puso el altar de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro.

Del padre Francisco De La Villota y Barrera podemos anotar las siguientes obras realizadas:

-Pequeña casa del padre junto a la Ermita 1816

-Casa de ejercicios terminada en 1820

-La iglesia de San Felipe Neri 19 de agosto 1828

-Casa de ejercicios para padres 1829

Al concluirse la construcción de la iglesia el 19 de agosto de 1828, cabe destacar que la imagen de Jesús Del Río se traslada por 2 segunda vez.

Estas obras del padre Francisco De La Villota y Barrera, se hubieran concluido más rápido; pero debido a los continuos saqueos de las tropas en la revolución de Independencia le tomó más tiempo.

El escenario histórico en que se desarrolló el asentamiento de la congregación del Oratorio o San Felipe Neri; fue cuando Pasto era fiel al gobierno de Don Fernando VII, Rey de España; pero la revolución seguía triunfante no dejaba de experimentarse las más violentas conmociones.

El padre Francisco De La Villota y Barrera, no era fanático como muchos lo interpretan, sino leal y sincero en sus convicciones cristianas.

Debido al incendio que ocurrió en 1838, la orden pierde la iglesia y ermita y la perdida de innumerables estatuas de santos y cuadros importantes.

La única imagen que queda de aquel entonces, como un milagro es la imagen DEL SEÑOR DEL RÍO.

La advocación Del Señor Del Rio; es que él está cargando su cruz, un madero de color verde con dorado, en su semblante o faz contemplamos sufrimiento y santidad; sus vestiduras son de color rojo y dorado.

Después empiezan a construir una nueva iglesia en 1840, que es la actual como se mira en estos momentos.

Y Jesús Del Rio, es trasladado por 3 tercera vez y colocada su imagen en el altar mayor.

Cabe resaltar que la imagen es tal cual se la contempla sin ningún retoque.

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