El representante del ente acusador expresó que tiene nueva información recopilada con relación a la actividad de quienes se encuentran en la audiencia, especialmente en relación contra los dos oficiales.

Durante su argumentación, el fiscal citó el interrogatorio que rindió el patrullero Fredy Esneider Navarrete, a finales del año pasado, en el que manifestó que la escena donde fue herido Diego Felipe Becerra nunca fue entregada en las circunstancias en las que algunos uniformados lo han dicho ante diferentes entidades.

En su declaración, según el fiscal, Navarrete señaló que el sitio de los hechos no estaba protegido, ni se observaba elemento alguno al momento del arribo de la patrulla. "No había ningún arma, fue llevada a la escena por otros dos patrulleros", dijo el uniformado.

Asimismo, el representante de la Fiscalía aseveró que el vigilante de un humedal, ubicado en el noroccidente de Bogotá, expresó que el revólver fue disparado por dos policías en este lugar, que luego fue entregado al abogado Héctor Hernando Ruiz, quien limpió con un pañuelo el arma y la colocó en el sitio donde fue encontrada después por el CTI de la Fiscalía.

Ruiz fue quien defendió en un primer momento al patrullero Wilmer Alarcón, señalado de la muerte del joven grafitero.

Según el interrogatorio de Navarrete, tanto Arévalo como Vivas hicieron presencia en el lugar y conocían de la situación que estaba ocurriendo. "Todo fue un montaje de la Policía para justificar el actuar de Alarcón, consiguieron el arma y se la cobraron a Alarcón. Se pactó un silencio sepulcral", dijo el fiscal sobre la versión entregada por el patrullero.

Navarrete añadió que pese a que no sabe quién dio la orden de traer el arma, el coronel Arévalo estaba en el lugar y añadió que "nadie hace nada en la Policía sin que el superior lo autorice".

En su versión, Navarrete expresó que el coronel Arévalo le dijo a los presentes "que lo que se estaba haciendo era porque Alarcón era un buen policía y el otro era un delincuente que había quedado muerto" y, según lo aseguró, les advirtió que si alguien hablaba le iba peor que a todos "porque dijo que él (Arévalo) ya tuvo un caso parecido y alguien habló y le metieron más años que el que había cometido los hechos".

El representante de la Fiscalía les imputó a los uniformados los cargos de fraude procesal, favorecimiento de homicidio, falsedad en documento público, ocultamiento de material probatorio y fabricación y porte ilegal de armas.